Por: Alexandria Rogers |
Las últimas dos semanas desde mi última entrada en el blog sin duda han sido muy atareadas, tanto en el trabajo como socialmente. Sigo disfrutando de mi estadía aquí y me siento impaciente esperando lo que está por venir! El pasado lunes, los Padres de San Diego organizaron un evento en la comunidad de Najayo, República Dominicana. Con la ayuda del departamento comunitario de la oficina de las Grandes Ligas del Béisbol en Santo Domingo, donde estoy llevando a cabo mi pasantía, y de la Real American Foundation, con sede en Miami, Florida, 100 familias recibieron ropa, zapatos y otros artículos de utilidad. Najayo es una pequeña comunidad de escasos recursos de las montañas, localizada muy cerca de la costa de la isla, alrededor de una hora al oeste de Santo Domingo. Había visitado esta misma zona anteriormente para recorrer la academia de los Padres de San Diego y sostener una reunión con líderes de la comunidad, pero esta fue la primera vez que interactué con los habitantes de la pequeña ciudad. Ahora volvamos al evento que fue perfecto! La academia de los Padres es preciosa y aunque hacía calor, la agradable brisa del océano parecía enfriar las cosas. Había una multitud de personas que recibieron artículos y fue genial ver las sonrisas en sus rostros y como los niños estaban ansiosos o aterrorizados porque iban a tomarse una foto con Boli, la mascota educativa de las Grandes Ligas del Béisbol. Después de su partido, algunos de los jugadores de los Padres incluso dedicaron tiempo para ayudar a distribuir los artículos y para tomarse fotos con las familias. Por mi parte, probablemente este ha sido el más grande evento comunitario en el que he colaborado. Por lo menos 500 o más personas estuvieron presentes, y una vez que el evento terminó definitivamente me sentí feliz de haber podido trabajar en el mismo y reciprocar al pueblo de Najayo.
En términos del tiempo, la semana pasada fue, sin duda,... ¿cómo puedo decirlo?... rara! En primer lugar, tuvimos la tormenta tropical Chantal. Dado que la mayor parte del año vivo en Miami, esto definitivamente no era una preocupación para mí. En lugar de la tormenta lo que realmente me preocupaba más era 1) si tenía que ir a trabajar, y 2) si lo hacía, ¿cómo iba a llegar? sobre todo porque los taxis bajo la lluvia son imposibles de conseguir y nadar a través de las inundadas calles de Santo Domingo para conseguir un carro público definitivamente no era una opción para mí. Por suerte, no tuve que ir a trabajar así que me quedé en casa y... dormí, observé la lluvia, comí, vi una película y hubo más lluvia, y al final del día me sentía muy aburrida y atrapada en mi apartamento sin la opción de salir. Aparte de dejarme un resfriado, Chantal pasó de largo tranquilamente y pensé que las preocupaciones sobre el clima y los desastres naturales habían terminado hasta... el lunes, cuando un temblor de 5.1 grados sacudió la parte del norte de la isla y definitivamente se sintió en la capital. Estaba sentada en mi escritorio y escuché a alguien decir, "estamos temblando", en realidad no me preocupó y definitivamente no pensé en un temblor. Pero, era uno, y después de encender las noticias nos sorprendió a todos lo que acaba de suceder. Nunca había sentido un temblor y nunca pensé que la República Dominicana sería el lugar para experimentar uno. Es decir, ¿quién experimenta una tormenta tropical y un temblor en el espacio de 5 días?! La República Dominicana.
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