Por: Alexandria Rogers |
Ahora que quedan menos de dos semanas en el país, no puedo creer que mi estadía aquí ha pasado tan rápido! Si bien estoy muy emocionada de ver a mis amigos y familia de nuevo en los Estados Unidos, no puedo evitar sentirme triste de tener que dejar a los amigos que he conocido aquí, tanto socialmente como en el trabajo, y este hermoso país que ha sido mi hogar durante las últimas 10 semanas. Siento que fue tan solo ayer que llegué, llena de emoción, en camino a mi nuevo apartamento. Ahora, estoy tratando de aprovechar el tiempo que me queda y prolongar la experiencia.
El fin de semana pasada, dos amigos y yo nos aventuramos a Cabarete e Imbert. Tomamos el Caribe Tours, la versión dominicana del Megabus estadounidense, que fue un largo viaje muy relajante. Cabarete es un pequeño pueblo costero en la zona norte del país. La playa está llena de restaurantes y al mirar hacia el océano se puede ver un gran número de kite-surfers y wind-surfers. También nos alojamos en un lindo albergue local por sólo $20 (el desayuno y la cena estaban incluidos). Nunca olvidaré Cabarete porque es el lugar donde realicé mi primer paseo en un motoconcho*! Andar en motoconcho en "el campo" (definitivamente no en la ciudad) fue una de las últimas cosas en mi lista de cosas por hacer, y estaba muy emocionada de poder montarme en uno! Mis amigos me decían que a medida que me sobrepasaban, todo lo que podían ver era una gran sonrisa en mi rostro. Después de pasar la noche en Cabarete, llegó la hora de partir hacia Imbert.
Imbert es un pueblo de montaña en el norte del país. Viajamos alrededor de una hora en una guagua que tenía capacidad para 12 pasajeros pero que, en un momento dado, sin duda alguna tenía 25 personas en el interior! Una vez que llegamos a Imbert, nos fuimos a 27 charcos, que es un recorrido de aventura que tiene 27 cascadas y las personas realizan un tour guiado a través de ellas. Después de obtener nuestros chalecos salvavidas y cascos, mis amigos y yo fuimos presentados a nuestro guía turístico quien tenía 17 años. El guía nos llevó a través de la selva y después de comer mangos y de una hora de caminata llegamos a la primera cascada. Podíamos deslizarnos hacia abajo o saltar desde un acantilado bastante empinado, y aunque no me gustan las alturas, decidí saltar. Estaba muy asustada, pero muy feliz de haberlo hecho. Mis amigos y yo completamos el recorrido de 12 cascadas y definitivamente es una experiencia que otras personas deberían realizar! Después de nuestro almuerzo buffet en 27 charcos, llegó el momento de regresar a Imbert... lo que significa... la hora de los motoconchos! Me encantaba montar por el campo!
Al llegar a Puerto Plata de camino a casa, nuestra escapada de fin de semana llegó a su fin.
*Ni el programa InteRDom ni sus instituciones matrices, GFDD y FUNGLODE, promueven el uso de taxis de dos ruedas o "motoconchos" como una forma de transporte. Se ha informado a los estudiantes sobre los riesgos de conducirse en estos vehículos, tanto antes de su partida como durante la orientación del programa, y ellos entienden que al conducirse en los mismos lo están haciendo bajo su propio riesgo.*
1 comment:
La verdad que con solo ver las imágenes me dan muchas ganas de viajar allí. Es una época esta, en la que parece que ya el año esta casi terminado, y una solo puede pensar en lo que hara en el verano. Yo espero poder conseguir Pasajes al Salvador
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