Thursday, February 9, 2012

Ajustando a la vida en Santo Domingo

Por: Anna Groesser

Programa para Graduados y Estudiantes de Año Sabático de 32 semanas, 2012
Puede leer más sobre la pasantía de Anna con Grupo PUNTACANA en la página de InteRDom aquí.



He estado viviendo en Santo Domingo durante aproximadamente un mes, y por suerte llegué durante su temporada de "pleno invierno". Para ellos esta temporada significa cómodas brisas y temperaturas a mediados de los 80o. Para mí, que vengo desde el norte de Michigan, esto equivale al pleno verano! Dicho esto, pueden estar seguros de que he disfrutado de estas temperaturas, mientras que mis amigos y familiares en Michigan se congelan. Honestamente, mi último mes ha sido muy relajado. Me he concentrado en ajustarme a las actividades cotidianas, por ejemplo, a hacer las compras de la semana y a visitar el colmado local para comprar aguacates y plátanos (o alcanzar al vendedor ambulante que pasa por la calle todos los días a las 10 de la mañana, y para comprarlos de su carro). También he recorrido algunas de las zonas de Santo Domingo y poco a poco he estado practicando mi español con extraños y amigos (especialmente aquellas frases útiles, tales como "¿Se puede decir con palabras sencillas?" y "Un poco más despacio, por favor").

Algo interesante: después de haber estado en Santo Domingo por sólo una semana, he estado experimentando un mayor choque cultural que durante todo el año que pasé estudiando en Tokio. Esto lo atribuyo al hecho de que la República Dominicana no es simplemente un país extraño para mí, sino también es un país en desarrollo y está muy lejos de parecer a lo que estoy familiarizada en los Estados Unidos. Es un país en desarrollo, sí, pero también es un lugar concurrido, próspero y animado. Las personas están en todas partes, hay muchas cosas que se llevan a cabo por todas partes, la basura está en todas partes. Las calles son estrechas y las aceras a menudo no existen. Hay tanto para ver y para comparar aquí. La formar de manejar en las carreteras es pésima y los vendedores pululan en los semáforos y se abalanzan sobre los coches vendiendo baratijas, frutas y flores, o tratando de limpiar los parabrisas. Pero por otro lado, el ritmo de "hacer las cosas" en las oficinas y en los bancos y las sucursales de teléfonos celulares a menudo es lento y frustrante. Esta es una ciudad de extremos.

El edificio de FUNGLODE está localizado directamente enfrente de mi edificio de apartamentos. Su instalación es de alta tecnología y muy impresionante, con seguridad en todo momento del día y de la noche. FUNGLODE a menudo organiza actividades políticas y académicas, y durante esas noches la calle está llena de carros que buscan estacionamiento (y muchos tocan la bocina para apresurarse los unos a los otros!) Varias veces por semana el Presidente de la República Dominicana visita FUNGLODE, y eso siempre me resulta emocionante.


Mi profesora de español era una profesora dominicana de español segura e interesante. Nos concentramos en hablar y sobre todo en escuchar, dado que mi lectura y escritura superan mucho mi nivel de expresión, y el último día de clase ella me dio un regalo de cumpleaños (una campanita móvil de viento, perfecta para mi bien ventilado y espacioso apartamento en el 5o piso). Espero que dentro de unos meses pueda volver a establecer contacto con ella, debido a su fuerte interés en el desarrollo de la comunidad dentro de Santo Domingo.

La siguiente fase de mi estadía aquí implica mi traslado a Punta Cana dentro de unos pocos días para comenzar mi pasantía en desarrollo con el Grupo PUNTACANA. Mi pasantía se desarrollará dentro de dos proyectos, uno será la creación de una escuela primaria local y el otro en la mejora de un laboratorio de tecnología de una escuela secundaria local. Esto es exactamente lo que estudié en la maestría y por fin puedo experimentar estas cosas en la vida real, y no únicamente como un proyecto teórico escrito de 20 páginas!